Oubiña. Toda la verdad

Este libro entraría en la categoría de narcisismo paranoico-iletrado, autoeditado en defensa propia. Llega a afirmar, después de su detención, que él ya era antiprohibicionista. Pero ¿hizo algo contra la prohibición? ¿Financió campañas o asociaciones antiprohibicionistas? Vamos, no que la prohibición de las drogas fuese la causa de su esplendoroso imperio, sino que cuando contrabandeaba con tabaco hacía un bien a la humanidad. Parece ignorar la diferencia entre mercado negro de sustancias ilegales y mercado negro de sustancias legales. Y pone a Escohotado como prueba de que su hachís apaleado tenía tan poco THC que no se puede considerar droga; eran puros excrementos humanos. Al delito de tráfico le añade el de fraude al consumidor. “Si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos”.