Las drogas en la guerra. Una historia global

Este libro estudia el uso de las sustancias psicoactivas en la guerra a lo largo de la historia, porque los estimulantes incrementan la resistencia, disminuyen la necesidad de dormir, aumentan el valor y generan agresividad. Los sedantes disminuyen la fatiga de combate y mitigan la neurosis de guerra, el trastorno por estrés postraumático. “¿Acaso lo sorprendente no sería que los ejércitos no hubieran echado mano de la ayuda farmacológica?”. Los datos sobre el consumo y experimentación de nuevas sustancias se mantienen en secreto para no perder la “ventaja estratégica”, y también para evitar el debate público cuando es el propio Estado el que suministra a sus soldados ayuda farmacológica, el mismo Estado que desde antes de la primera guerra mundial ha firmado los tratados de control de drogas. El secretismo sirve para legitimar medidas antidroga, castigar el consumo social, deshumanizar al adversario, fomentar el patriotismo y justificar la victoria o la derrota de un ejército. Pura hipocresía.